2 Ti. 4:10; Hch. 2:40; Fil. 2:15

Oremos para que todos los santos, especialmente los más jóvenes y nuevos, no amen este siglo sino sean salvos de “esta generación perversa” y sean “irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación torcida y perversa, en medio de la cual [resplandecen] como luminares en el mundo” (2 Ti. 4:10; Hch. 2:40; Fil. 2:15).

2 Ti. 4:10—Porque Demas me ha abandonado, amando este siglo.

Hch. 2:40—Y con otras muchas palabras testificaba solemnemente y les exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación.

Fil. 2:15—Para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación torcida y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo.

Perseverad en la oración.