1 Ti. 1:3-4; Gá. 2:20; Fil. 1:21a; Jn. 21:15-17; 1 Co. 12:24; Col. 3:10-11
Oremos para que el recobro del Señor experimente un nuevo avivamiento sin precedentes en la historia, avivamiento que sea producto de haber puesto en práctica exitosamente las revelaciones cumbre de la economía de Dios, incluyendo: el vivir del Dios-hombre, el pastoreo universal y la compenetración que produce la realidad del Cuerpo de Cristo y del nuevo hombre, el cual es uno solo (1 Ti. 1:3-4; Gá. 2:20; Fil. 1:21a; Jn. 21:15-17; 1 Co. 12:24; Col. 3:10-11).
1 Ti. 1:3-4—Como te exhorté, al irme a Macedonia, a que te quedases en Éfeso, para que mandases a algunos que no enseñen cosas diferentes, ni presten atención a mitos y genealogías interminables, que acarrean disputas más bien que la economía de Dios que se funda en la fe.
Gá. 2:20—Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y la vida que ahora vivo en la carne, la vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a Sí mismo por mí.
Fil. 1:21a—Porque para mí el vivir es Cristo.
Jn. 21:15-17—Entonces, cuando hubieron desayunado, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor; Tú sabes que te amo. Él le dijo: Apacienta Mis corderos. Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: Sí, Señor; Tú sabes que te amo. Le dijo: Pastorea Mis ovejas. Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, Tú lo sabes todo; Tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta Mis ovejas.
1 Co. 12:24—Porque los que en nosotros son más decorosos, no tienen necesidad; pero Dios concertó el cuerpo, dando más abundante honor al que le faltaba.
Col. 3:10-11—Y vestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno, donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro, escita, esclavo ni libre; sino que Cristo es el todo, y en todos.
Perseverad en la oración.