2 P. 1:5-11
Oremos para que los santos crezcan en vida hasta llegar a la madurez de modo que les “sea suministrada rica y abundante entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo” (2 P. 1:5-11).
2 P. 1:5-11—Y por esto mismo, poniendo toda diligencia, desarrollad abundantemente en vuestra fe virtud; en la virtud, conocimiento; en el conocimiento, dominio propio; en el dominio propio, perseverancia; en la perseverancia, piedad; en la piedad, afecto fraternal; en el afecto fraternal, amor. Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán ociosos ni sin fruto para el pleno conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. Pero el que no tiene estas cosas es ciego y tiene la vista muy corta; habiendo olvidado la purificación de sus antiguos pecados. Por lo cual, hermanos, sed aún más diligentes en hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no tropezaréis jamás. Porque de esta manera os será suministrada rica y abundante entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
Perseverad en la oración.